Texto: Fernando Sánchez
Fotos: Roberto Flores
Tener a Deftones en México ya es costumbre, sin embargo, la emoción por verlos en vivo se mantiene igual que la de su primera visita a nuestro país en el lejano 2001 en el ya derrumbado Hard Rock Live cuando la banda dio dos conciertos legendarios promocionando el White Pony. Chino Moreno, líder de la banda, ya no tiene 28 años como la primera vez que vino, es ahora un hombre de 41 años que arrastra más de 1000 conciertos en su vida, y eso, al final, se nota en el escenario.
La séptima visita de Deftones a México que casi siempre han tocado en un recinto diferente cuando regresan, tuvo un setlist efectivo para sacar lágrimas y poner la piel chinita de fans de la vieja y nueva escuela, que encuentran en ellos un canal capaz de mover todas nuestras emociones.
El show inició con Le Butcherettes en el escenario. La banda formada por Teri Gender Bender y músicos invitados se encuentra promocionando su disco Cry Is For The Flies que cuenta con la participación de Shirley Manson de Garbage y fue editado bajo el sello Ipecac Recordings del legendario músico, Mike Patton.
La energía de la banda fue impresionante; la perfecta antesala para una noche que sería inolvidable. Conforme nos acercábamos a las 9 de la noche, la gente (entre los que se encontraban integrantes de diversas bandas como Here Comes The Kraken, Everyone Likes Cathleen y Nazareno el violento) se fue arremolinando en la entrada del Pepsi Center hasta tener casi un lleno total.
9:00 pm y las luces se apagaron, y como lo han hecho en sus últimas cuatro visitas a México, la banda inició su concierto con «Diamond Eyes» y «Rocket Skates», canciones que aunque pertenezcan a su disco Diamond Eyes del 2010 ya se han convertido en un himno para los fans.
Después de estas intensas canciones, muchos imaginamos que seguiría una serie de canciones menos conocidas o más nuevas de la banda, pero para sorpresa de muchos, la banda dejó caer de repente su mejor repertorio y empezaron a sonar «Be Quiet and Drive (Far Away)» y «My Own Summer (Shove It)». Y el grito de “Shove it, Shove it” resonó e hizo vibra el lugar gracias al coro de miles de personas que lo gritaban con todas sus fuerzas como si no existiera mañana.
«Tempest» y «Swerve City» del aclamado Koi No Yokan, el que para muchos es un disco que marca el regreso de la banda a sus orígenes sirvieron para que todos entráramos a un momento de calma para acumular un poco de energía, pues sabíamos que lo mejor estaba por venir.
«Feiticeira» y «Digital Bath» dieron inicio a una nueva ola de gritos, sudor (propio y del “matudo” de a un lado) y una furia contenida que estas piezas provocan, melodías y ritmos similares a tener enfrente una bestia dormida a punto de dar un salto salvaje contra un cuerpo hipnotizado.
Para esas alturas del concierto, ya la audiencia se encontraba totalmente clavada con el grupo, el trance “deftoniano” había infectado las venas de todos los presentes, y con «Passenger», «Change (In the House of Flies)», «Around the Fur» (con dedicatoria para Chi Cheng) y «Headup» todo parecía ser perfecto y nos podíamos ir tranquilos a casa. Pero con Deftones nunca es suficiente, así que cuando parecía que la fiesta había terminado, la banda salió de nuevo al escenario para tocar «Minerva»… éxtasis, explosiones emocionales, gritos, saltos, ¿lágrimas? Sí, lágrimas y gargantas roncas que emitían gallos, pero de los que salen directos del corazón.
«Root» y «7 Words» fueron la culminación del concierto, que tal vez no ha sido el mejor que ha dado la banda en México además de que el sonido en el Pepsi Center no es el mejor que hay, pero que como siempre, se sintió la entrega de todos los miembros incluido Chi Cheng, que en alma y espíritu siempre está con ellos.
Gracias Deftones, gracias fans, gracias música.