En 24 años hay una infinidad de cosas que le pueden suceder a una banda. En el caso de Jimmy Eat World, los originarios de Arizona se conocieron cuando adolescentes y han estado juntos lanzando discos y recorriendo el mundo desde entonces. Es extraño que estando tan cerca de México, fue hasta 2018 cuando la agrupación tuvo su primer show estelar en el país. «Lo sentimos», dijo Jim Adkins, y se aseguró que esa tarde de agosto aprovecháramos al máximo de su concierto, recorriendo gran parte de su discografía.
Los elegidos para comenzar fueron Kill Aniston y Say Ocean. La primera banda se trata de uno de los estandartes del DIY mexicano dosmilero, la opción más lógica para la velada. Por otro lado, Say Ocean es de las favoritas del pop punk actual, pero logró convencer solo a una pequeña parte de los asistentes, la más joven.
A recuperar el tiempo perdido
Al escuchar los primeros segundos de “Sure and Certain” sabíamos que sería una noche llena de emociones y recuerdos. Jimmy Eat World estaba en el escenario, por primera vez frente a más de 1500 mexicanos que estaban ahí solo por ellos. 26 canciones en un recorrido por seis de sus nueve materiales de estudio en casi dos horas. La banda sabe perfectamente en qué momentos de su trayectoria hacer énfasis, pero esto no quita que disfruten cada segundo de sus temas más recientes, como el caso de «Pass the Baby» y «Love Never».
Los grandes protagonistas del set fueron los temas de Bleed American (2001) y Futures (2004), en los que se fue la mitad del concierto. Dos de los momentos más emotivos de la noche fueron «Hear You Me» y «23» donde se podían ver algunas luces de celulares. Jim se limitó a agradecer con una enorme sonrisa y algo de sorpresa mientras iban rápido para poder tocar tantas canciones. Fue un set más largo de lo que acostumbran, por lo que podemos presumir que nos compensaron por tanta espera.
¿Tenemos old-school fans?
Pareciera que hubo reunión generacional ese domingo, pues muchos amigos tuvieron el pretexto para reunirse y recordar la época en la que adoraban el Clarity (1999). Quizá la mayor sorpresa fue escuchar «Goodbye Sky Harbor», cuya versión en vivo es mucho más corta que la de estudio pero es aún más poderosa.
Si bien la mayoría de los asistentes estaban en sus treintas, reservaron sus energías para tener ese impulso que te devuelve la juventud y te hace saltar aunque sea por tres canciones. En el caso de los integrantes de JEW, todos lucen en forma y enérgicos, razón para incitar a los fans a perder un poco la cordura.
El gran final
Existe una santísima trinidad en el Bleed American. «A Praise Chorus» fue el regreso perfecto al escenario que hizo que todos corearan y alzaran sus puños. Si bien no hubo moshpits, los ánimos subían y también el calor. Siguió «Sweetness» y todos gritamos «Whoa oh oh oh oh oh» como si no hubiera mañana. Y obviamente «The Middle». Algunos piensan que es el «Creep» de la banda, pero no es así. Se trata de un himno que ha motivado a continuar a miles de chicos y lo seguirá haciendo pues no hay forma de que alguien no se sienta identificado con la letra. Es el canal por el cual han llegado al mainstream y la canción a la que siempre le agradecerán por dejarlos continuar haciendo música.
Jim aprovechó para agradecer a todos los presentes, pues es increíble como la gente puede sentirse tan conectada a sus canciones sin importar el paso de los años. JEW siempre ha estado ahí para nosotros y ahora puede confirmar que México estará ahí para ellos. La banda está ansiosa por visitarnos con frecuencia y después de este éxito, no dudamos que así será.
Fotos por Diego Vigueras
