28/02/2015
Fotos: Roberto Flores Vázquez
Afuera del World Trade Center se reunieron personas desde 12 años hasta 25, 30. Incluso algunos padres de familia. Panic! at the Disco conservó a sus fans de hace 10 años, pero álbum tras álbum ha ganado más adeptos, llegando a distintas generaciones. La Vida Bohème fue la banda encargada de abrir el concierto, originarios de Venezuela, lograron que el ansioso público respondiera bien, aplaudiendo durante todo su set.
A las 8, la mayoría de los fans ya se encontraba en el recinto. Unos minutos después, Brendon Urie y Dallon Weekes aparecerían en el escenario acompañados por sus músicos: Kenneth Harris en la guitarra y Dan Pawlovich en la batería. La ovación dio inicio a la fiesta donde Vegas Lights funcionó como la entrada perfecta. Era tiempo de bailar, por lo que la primera canción en aparecer de su álbum debut fue Time To Dance y la nostalgia por esos diez años que han pasado invadió el lugar.
Para seguir recorriendo su discografía sonaron The Ballad of Mona Lisa, The Only Difference Between Martyrdom and Suicide Is Press Coverage y Let’s Kill Tonight, donde Brendon aprovechó para pasar a la batería. Siguieron con Girls/Girls/Boys, Ready to Go (Get Me Out of My Mind), Nicotine y New Perspective. Al tratarse de estilos diferentes en cada disco, la forma de comportarse del público también cambiaba, pero nunca bajaba la energía ni la emoción.
La primera sorpresa de la noche fue But It’s Better If You Do, tema que los fans de antaño agradecieron. Urie también mostraba su gratitud hacia los mexicanos, la interacción era poca, pero sincera. En Casual Affair, Brendon presumió sus rangos vocales y en Miss Jackson sus acrobacias.
En el momento más tierno de la noche, Nine in the Afternoon llenaba de alegría y nostalgia a los presentes y sirvió de preámbulo perfecto para el cover que todos estaban esperando: Bohemian Rhapsody de Queen, donde Panic! at the Disco demuestra su calidad interpretativa, ejecutando el monstruoso himno de una forma que haría a Freddie Mercury orgulloso.
Los corazones adolescentes se aceleraron al escuchar Lying Is the Most Fun a Girl Can Have Without Taking Her Clothes Off y casi para despedirse sonaron Collar Full y Nearly Witches (Ever Since We Met…). Aún faltaban dos de las canciones más esperadas.
El escenario se quedó vacío unos momentos, pero el público no dejaba de gritar. La intensidad aumentó cuando Panic!, de nuevo, estaba frente a ellos. El coro de This is Gospel hizo cantar a todo pulmón a los asistentes. Al terminar, Brendon mencionó que no habían planeado Positive Hardcore para la noche, pero una camiseta que les lanzaron los hizo recapacitar. Los guturales de Brendon hicieron que cualquier metalero quisiera tenerlo en su banda. La multitud agradeció el gesto.
Una canción más, todos sabían de cuál se trataba. Brendon apuntó el micrófono hacia el público. «What a beautiful wedding!» responden 6,000 personas a una sola voz. I Write Sins Not Tragedies puso fin a una noche llena de nostalgia, pero sobre todo a una fiesta de la que Las Vegas estaría orgullosa.
