Texto por Fernando Valencia
Fotos cortesía de Óscar Villanueva Dorantes
La noche del siete de octubre, ante un establecimiento al 85% de su capacidad, el cuarteto inglés The Darkness pisó tierras mexicanas luego de una ausencia de tres años para promocionar su más reciente material, Last of Our Kind. Un público que no sabía muy bien qué esperar de la velada fue gratamente sorprendido por el gran poderío de la banda.
Son las 9:15 p.m. cuando las luces del Plaza se apagan por completo. The Boys Are Back In Town, el clásico de Thin Lizzy, retumba en las paredes del recinto, y una multitud un tanto confundida tararea y canta el coro mientras la expectación incrementa. Una introducción más, y Justin, Dan, Frankie y Rufus se apoderan del escenario ante el rugido del público.
Barbarian es la elegida para despertar a la audiencia, cumpliendo sin problemas su objetivo de poner los primeros gritos en las gargantas de los mexicanos, y dando paso a lo que se convertiría en un concierto por y para los fans. Growing on Me y Black Shuck, ambas del aclamado Permission to Land, terminan de desatar la locura.
Temas nuevos como Mudslide y Roaring Waters se mezclan a la perfección entre clásicos como Givin’ Up y One Way Ticket, y abriendo camino a dos de las más coreadas interpretaciones de la noche: Love Is Only a Feeling y Friday Night. Las banderas comienzan a poblar el escenario.
Justin Hawkins ha perdido la cabeza (y la ropa), y actúa como el frontman que es, llevándose las aclamaciones de los presentes cuando se sienta en el piano para interpretar por segunda vez desde su reunión la antigua English Country Garden. Dan y Frankie cumplen maravillosamente su parte al animar en todo momento a la gente de los costados del recinto, y Rufus se coloca un sombrero aventado por los fans para delirio de todos. Luego de una divertida rendición de Every Inch of You, Justin nos deja saber que el público mexicano es lo máximo, y por lo tanto, interpretarán una nueva canción por primera vez en la historia.
Con Get Your Hands Off My Woman, Stuck In a Rut y su gran éxito I Believe in a Thing Called Love, la agrupación se despide del escenario entre gritos, aplausos y silbidos, solo para regresar unos minutos después ante los constantes coreos de Darkness, Darkness. Justin bromea un poco más, y no para de aventar plumillas al público y restregar sus partes privadas a todo aquello que vuela al escenario.
El encore comienza con su nuevo sencillo Open Fire, y prosigue con un cover muy rockero de Street Spirit (Fade Out), clásico de Radiohead. Hawkins aprovecha un momento de calma para explicarnos que la última vez que pisaron el país, abrieron el concierto de Lady Gaga. Ante la rechifla, aclara que lo importante de ese acontecimiento fue que con el gran recibimiento, descubrieron con estadísticas que México es el lugar con más fans de la banda.
Los acordes de Love On The Rocks With No Ice auguran el final de la noche, pero Justin usa bien sus últimos minutos para subirse a los hombros de un agente de seguridad, y se pasea entre los asistentes mientras un frenético solo de guitarra escapa de sus manos.
Así, el regreso de The Darkness a nuestro país ha servido para demostrar que su música sigue siendo vigente, y sobre todo relevante. Con un espectáculo en vivo que recuerda más a Queen que a Poison, estamos ante una agrupación talentosa, carismática y energética, que doce años después se ha convertido por fin en toda una fuerza de la naturaleza.
