Reseña por: Andrei Pulver, vocalista de Lack Of Remorse
Fotos: José Jorge Carreón/Cortesía OCESA
Mi gato se llama Heima, y quizá para alguien que no es fan de Sigur Rós no representa nada ese nombre, pero para alguien como yo es algo especial, pues es el nombre de un hermoso documental de la banda grabado en su natal Islandia en 2006.
Me considero uno de los fans mas grades de Sigur Rós y el pasado 3 de abril por fin pude ver un show completo de ellos. La primera vez fue en el fatídico Festival Colmena del 2008 en Amatlán, Morelos pero sólo pude disfrutar de 6 canciones por que su baterista no pudo terminar el show, todo se volvió un caos para el regreso y terminé secuestrando un camión para poder llegar a casa. La siguiente vez que visitaron México fue para presentarse en el Corona Capital 2013, pero no pude asistir porque estaba de gira con mi banda en el norte del país, así que para la fecha anunciada desde hace meses, compré mis boletos con tiempo, dejé todo listo para el show y me presenté a tiempo en el Auditorio Nacional.
Entré cuando se estaban apagando las luces y desde el primer segundo mi cuerpo se congeló, no aplaudí ni una sola canción y no por falta de respeto, sino simplemente porque Sigur Rós no necesita aplausos, ellos saben que con una sonrisa o una lágrima es más que suficiente.
Sigur Rós no es una banda cualquiera, no es música que pones cuando vas a dormir o cuando necesitas que tu cabeza se libere de todo, son una banda que te cuenta una historia y te lleva por emociones que muy pocos artistas pueden lograr; con ellos pasas del miedo al amor y terminas en euforia.
Podría pasar horas hablando de la tecnología que usan en sus visuales, los rigs de cámaras que evitan tener gente en el escenario estorbando, la pantalla traslúcida, la iluminación en perspectiva y mil cosas más así, pero la realidad es que no sirve de nada hablar del aspecto técnico ya que no es la intención del show, eso es solamente un elemento más dentro de un perfecto mundo musical.
Puedo atreverme a decir que es el mejor show que he visto en todo el año y será difícil que alguien lo supere.