Al Corona Capital no se asiste, se vive
El pasado 18 y 19 de noviembre se vivió una nueva edición del festival Corona Capital en la que los Foo Fighters y Green Day encabezaron un cartel en el que como pasa regularmente en este festival, no sólo los headliners son los que atraen al público.
El Corona Capital se distingue por tener una curaduría bastante clavada, soportada por headliners de calibre mundial que le dan un equilibrio bastante sabroso y para todos los gustos. Sin duda, muchas de las bandas de letras chiquitas las veremos en algunos años dando mucho de qué hablar como pasó en su momento con Deafheaven, Savages o Die Antwoord.
El CC17 se superó
En esta ocasión el cartel superó las expectativas y se llenó de elogios a comparación de las últimas dos ediciones en las que los auto bautizados «melómanos» (que horrible palabra) pedían headliners de más «categoría», que con Phoenix, Alt-J, The xx y PJ Harvey cualquier crítica quedó nulificada.
Pero a lo que vamos; desde el sábado, pasada la una de la tarde el metro Ciudad Deportiva se fue llenando de fans que iban vestidos de todos colores y sabores que querían empezar la experiencia con unos tacos en la calle de enfrente o unas chelas del señor que disfrazado de indigente vendiendo latas de cerveza más fría que las de cualquier tienda.
Ya dentro del Autódromo Hermanos Rodríguez, empezaba el ambiente CC17 en el momento en el que empiezan a aparecer los puestos de playeras, tarros, encendedores, pulseras y obviamente las coronas de flores, ícono de este festival.
Las propuestas de letras chiquitas del Corona Capital
Ante un sábado muy soleado, muchos se detuvieron a disfrutar su primera chela mientras se topaban con el primer escenario, el Doritos, donde Cherry Glazerr nos volvía locos con su energía. Tras acabarnos la primera, decidimos seguir nuestra experiencia en la carpa Levi’s Tent en la que los hermanos de Tennyson nos incitaban a mover las caderas con su pop electrónico bastante astral.
Lido fue el responsable de llevar los beats a un nivel más alto, pues solo con su batería, teclado, pads y samplers le dio el punch que necesitaba el público para ahora sí enfilarse a vivir esta edición del Corona Capital 2017.
Con este boost musical empezamos a recorrer escenarios y activaciones de marcas que cada vez son más esplendidas regalando mochilas, salchichas, cacahuates, pastillas para la cruda o lipsticks (gran paro para los que iban con poco presupuesto).
La cerveza fue muy fácil de encontrar, el precio se mantuvo igual que en ediciones pasadas y en los baños jamás encontramos una sola fila, pues había de sobra y estaban bastante limpios (un verdadero milagro en estos eventos).
La tarde pasaba, las bandas sonaban a lo largo del autódromo y a veces incluso el audio de un escenario invadía al otro, pero nada de qué preocuparse, la fiesta, el ambiente y la vibra eran más que cualquier detalle.
Mientras en un escenario sonaba la muralla sonora de Mogwai algunos caminaban para Metronomy y otros seguían hipnotizados con el trip de Lido y el resto iba corriendo hasta el escenario más grande para disfrutar a Japandroids. Terminando una banda, la dinámica era la misma, esperarse a la banda que sigue, correr a otro a ver las últimas canciones de una banda o las primeras de otra o ir al baño y de paso comprar una chela, detenerse en la zonas de comida por un snack «al fin que no me gusta ninguna de ahorita, mejor vamos a comer bien para reventarnos en Foo Fighters».
Cada visitante fue viviendo su experiencia propia, su estrategia, su plan de la noche; a veces separados porque sus amigos estaban en otro escenario pero mejor ver a esta banda sola que perdérsela. A veces acompañados de sus amigos y uno que otro colado que estaba perdido y no sabía donde estaban sus amigos… o su cartera.
Un festival es eso, experiencias e historias musicalizadas por una gama bastante amplia de géneros, un festival lleno de clavados, de villamelones, de fans de hueso colorado como los de Green Day que acamparon un día antes o los de Foo Fighters que se sabían todo el setlist, iban con playeras de Nirvana y se volvieron uno mismo con la banda en cada una de sus interacciones son el público.
También están los que nunca fallan y los que por primera vez iban a conocer de qué se trataba esto. En fin, el Corona Capital es un festival incluyente en la oferta musical en la que hay de todo y para todos, nos vemos el próximo año.
Fin.
PD: Sobre como tocó cada banda, sólo podemos decir que todas dieron el máximo, el chiste era vivirlo. Pero si tuvieramos que enlistar los momentos memorables serían: el show de Green Day, la energía de Cage The Elephant, el show visual de Phoenix, el desmadre de Andrew W.K., el colmillo de Foo Fighters y el poder hipnótico de Mogwai.