Rise Against regreso a los escenarios para presentar su noveno disco Nowhere Generation. Una gira de más de un mes donde estuvieron acompañados por The Menzingers y los legendarios Descendents, y con un objetivo en la mira como lo dijo Tim McIlrath: terminar el tour triunfantes en su natal Chicago.
The Menzingers fueron los encargados de abrir el concierto, y con un set corto lograron ganarse al público con canciones como «I Don’t Wanna Be An Asshole Anymore» y «House on Fire». La banda originaria de Pennsylvania se ha ganado su lugar en la comunidad punk, especialmente con sus últimos discos After The Party y Hello Exile los cuales fueron aclamados por la crítica, y este tour con Rise Against les abre las puertas para posicionarse como una de las mejores bandas de la nueva oleada de punk americano.
Milo Aukerman tomó el escenario montado en una bicicleta y sin advertencia Descendents empezó su set de canciones rápidas y poderosas, un hit tras otro, con canciones como «I Wanna Be a Bear», «Everything Sucks» y «Suburban Home» se encargaron que el mosh pit no se detuviera ni un momento.
La banda pionera del pop punk y del hardcore punk no interactuó mucho con el público, pero con un set de 45 minutos, lograron tocar un setlist de 25 canciones dando un repaso por toda su discografía. A pesar de tener más de 40 años de carrera, la energía que Milo y compañía siguen teniendo sobre el escenario sigue siendo impresionante.
Rise Against tomo el escenario que estaba adornado con pantallas como la portada de su más reciente disco, y comenzaron su presentación con «The Numbers», «Re-Education (Through Labor)» y «Satellaite». Desde el primer guitarrazo el circle pit y los crowdsurfers no se hicieron esperar, para muchos este era su primer concierto tras más de año y medio de espera e iban a hacerlo valer.
Fans en primera fila ondeaban una bandera de Chicago con el mensaje ‘Welcome Home’, y gritos de ‘Rise! Rise! Rise!’ son muestra de la pasión que tiene la ciudad por la que es la banda mas grande de punk originaria de Chicago y muestran la razón de porque la banda quería terminar su gira en la ciudad que los vio crecer. La conexión del público y la banda se hacía notar con canciones como «Ready To Fall» y «Give It All.»
El concierto también tuvo sus momentos emotivos como cuando Tim dedicó «I Don’t Want to Be Here Anymore» a todas las personas que pensaron eso durante los meses de encierro, o la emotiva «Swing Life Away.» El concierto llegó a su climax con «Prayer For The Refugee» y «Savior», durante las cuales se vio el mosh pit más grande de la noche y que la gente coreó hasta perder la voz sabiendo que era el fin del concierto.
Aunque fue una presentación corta y dejaron fuera algunas de las canciones mas populares de la banda, Rise Against sigue demostrando porque ha llegado a ser una de las bandas de punk más grandes e importantes de los últimos años, sus canciones con mensajes que conectan con el público siguen logrando que la gente se interese por su música, pero aún más importante: que se interesen por el mensaje que Rise Against quiere dar.
