“We get loud when things get fucked up”: Rise Against en México

El pasado martes nos levantamos contra la homofobia, el racismo y el sexismo junto a Rise Against en el Pabellón Cuervo. Nos levantamos contra el odio y dejamos que el punk nos uniera, que no hubiera muros entre nosotros.

Antes de que los originarios de Chicago se apoderaran del escenario, tuvimos a unos viejos conocidos: Tungas. Estamos tan acostumbrados a verlos de teloneros que ya ni siquiera nos preguntamos si el público responderá de buena o mala forma. Los de la CDMX llevan más de una década creando una comunidad que los apoya a donde vayan y saben ganarse a uno que otro “trve” que decide darles una oportunidad.

“All because of you”

“¡Rise Against! ¡Rise Against!”, grita la gente impaciente mientras se hace el cambio de instrumentos. Y cómo no estarlo si muchos se perdieron a la banda en el Vive Latino de 2010 y no creyeron se extendería tanto la espera.

“Ready to Fall” da inicio a los saltos y puños en el aire, que aunque continúan hasta “The Good Left Undone” denotan que la audiencia ya no tiene la juventud de hace años, sin embargo, esta noche los fans de antaño guardarán la energía necesaria para desatarla en sus temas favoritos.

“Todo esto es gracias a ustedes” dice Tim McIlrath. La banda está feliz de estar de vuelta y nos complace con clásicos como “Re-Education (Through Labor)” y “Satellite”, pero también con temas de su nueva producción: Wolves.

Algunos ya están familiarizados con “The Violence”, primer sencillo de su octava producción de estudio, los demás la reciben con energía, como si fuera un hit ya consagrado, pasa lo mismo con su otro estreno: “Welcome to the Breakdown”. Definitivamente las expectativas son altas con este nuevo álbum.

Gritamos fuerte

Si algo caracteriza a esta banda es que levanta la voz cuando hay problemas, y estos últimos años la pérdida de humanidad es desoladora. Por suerte tenemos el punk para expresarnos y gritar fuerte nuestros ideales. La agresividad y la rabia están ahí, siendo “State of the Union” y “Give It all” de los mejores momentos de la noche.

Aunque a veces el pesimismo nos gana, como se nota en el sentimiento del público al cantar “I Don’t Want to Be Here Anymore”. “Prayer of the Refugee” desata una vez más la locura para dar pie a que la banda abandone el escenario.

Sólo Tim y su guitarra

El vocalista regresa para el momento en que los celulares (y varios encendedores) crean una atmósfera dulce y pacífica. Ese bello set en el que los cuerpos se mueven lento y las voces se hacen una sola para interpretar “Hero of War”, “People Live Here” y “Swing Life Away”.

El último esfuerzo

El momento había llegado, con toda la banda de nuevo frente a nosotros sabíamos que esa energía resguardada tenía que salir. Se abre el mosh pit más grande de la noche para “Blood-Red, White & Blue” y “Audience of One”. Y por supuesto, no podíamos irnos sin desgarrar la garganta en “Savior”, alzar los puños, crear un circle pit y concluir la velada cansados pero sabiendo que esos siete años de espera valieron la pena.

Fotos por Roberto Flores Vázquez @floresvazquezphoto

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