FOTOS CORTESÍA DE: Nadir Alcántara
El pasado jueves 6 de abril pudimos presenciar el crecimiento de una banda a la que le hemos seguido la pista desde hace varios años. Fonguz fue una banda formada por viejos amigos que tenían en común el gusto por la nueva ola de bandas con tintes progresivos y un nuevo término llamado «Djent»; tuvieron shows en varios lugares incluyendo una presentación en el Caradura.
Posteriormente Fonguz se separó y 3 de sus integrantes formaron Kaizan, a quienes vimos crecer en shows de todo tipo y en todos los lugares conocidos de CDMX. Kaizan es una banda con gran experiencia de cada uno de sus miembros que desde el inicio han sabido hacer las cosas bien, con un primer disco llamado Dandelion que tuvo gran respuesta entre sus fans que crecen exponencialmente concierto a concierto y que les dio grandes oportunidades, como compartir escenario con Animas As Leaders, una banda muy importante para ellos, hasta HIM o Miss May I entre muchas otras.
El jueves 6 en el Caradura no fue una noche cualquiera, pues fue la culminación de un largo proceso que ha tenido lágrimas, desvelos, horas de ensayo, horas de composición, horas de sacrificios y horas de pasión que fueron recompensados a lo grande.
Hansei es el nombre del segundo disco de Kaizan y del que muy pronto hablaremos a detalle, porque lo que hoy queremos platicarte es del show que hicieron para presentarlo. Para empezar 2 bandas invitadas de gran renombre serían los encargados de calentar el escenario y vaya que lo lograron.
Pasadas las 10 de la noche y con un Caradura casi a su máxima capacidad empezó a tocar Lack Of Remorse con su ya particular brutalidad que no perdona nada ni nadie. Andrei, Paco, Óscar, Hugo y Shadai, tocaron como una máquina demoledora de precisión matemática, canciones de su primer material que pusieron a todos a girar la cabeza, pero también pudimos conocer lo que se viene para su nuevo disco «The Bacon Chronicles II», con tintes más melódicos y muy pegajosos que uno que otro fan ya se aprendió por escucharlas en shows (somos fans de «Misfits»).
Como ya se está volviendo tradición, en la penultima canción, Luis Rodriguez, vocalista de Cathleen se subió al escenario a cantar junto a Andrei «We Must Let Go» para enloquecer a todo el lugar y culminar el set con un viaje en un DeLorean a 1999 con «Back in Time», un violento viaje al pasado que haría explotar la cabeza de Marty McFly.
Con la siguiente banda también hicimos un viaje al pasado, esta vez al 2007 cuando existía myspace, y Here Comes The Kraken, Kaizan, Arcadia Libre, Joliette, Cathleen y todas estas bandas abanderadas de la llamada «escena» core nacional apenas empezaban o ni siquiera existían.
Snite es toda una institución de la música core (y todo lo que se derive) en México y agradecemos a Kaizan que los hayan invitado para este show, pues literalmente dieron cátedra de cómo se destroza un escenario de principio a fin. Snite no dejó ni un sólo momento de transmitir energía y violencia de la buena, de la positiva, de la energética que hace que tu cuerpo busque una salida en el moshpit para liberar todo eso que trae acumulado.
Manuel su vocalista y Fear su guitarrista se encargaron de iniciar los empujones cuando se aventaron del escenario para estar codo a codo con sus fans a tal grado que el segundo terminó con las rodillas ensangrentadas. #Respect para Snite.
Pero era el momento estelar de la noche, ese momento por el que muchos habíamos estado esperado desde hace mucho ya estaba aquí. El Caradura ya estaba a full, veíamos bandas que estaban apoyando a sus amigos, a sus colegas y a sus compañeros de varias batallas: S7N, QBO, Driven, Cathleen, Resorte, From Alaska, Endless y muchas otras bandas estaban ahí para presenciar el gran show al que Kaizan nos tiene acostumbrados, aunque lo que pasó no lo esperábamos.
Se apagaron las luces, los sintetizadores y percusiones empezaron a hacer vibrar nuestras entrañas, se encendieron las pantallas y empezaron a verse rayos láser por todo el lugar (algo que muy pocas veces se ve en el Caradura y aún más rara vez en un concierto de metal).
«Hansei» fue la canción que nos introdujo a una experiencia de positivismo, energía, buena vibra y fiesta de amigos.
Con Kaizan no existen los fans, existen los amigos, porque como ellos dicen «todos somos uno».
Como nos comentó Prouzak en una entrevista para Coca Cola FM (R.I.P.) hace unas semana: «cuando creemos que una canción de Kaizan significa una cosa, normalmente significa otra».
Con «Omran» podemos ejemplificarlo perfecto pues esta canción que estrenó video hace unos días fue la siguiente en el setlist y con su poder, emotividad y nostalgia pudimos ver en las pantallas el significado real de una letra que habla del sufrimiento, el dolor y el anhelo por tiempos mejores, relatado a través de los ojos de un niño que vive la guerra en carne propia.
Omran es el niño que hace casi un año conmovió al mundo con su rostro en shock después de sobrevivir a una explosión en Alepo. Kaizan le hizo una canción con un video animado que se vio en las pantallas dejando un mensaje claro, ningún niño ni ser humano merece sufrir de esa manera.
Cuando creemos que una canción de Kaizan significa una cosa, normalmente significa otra
«Kaizan» fue la siguiente canción del setlist, con un video que se estrenó hace ya varios meses fue la encargada de romper el hielo con los fans quienes esta se la sabían de principio a fin y dio pie a que se empezara a crear una conexión muy especial entre banda y público como pocas veces se puede ver. El combo de las viejas conocidas se completó con «Odan» una de las canciones más pedidas en los shows de la banda ya que es tiene de esos coros que destrozan el alma y llegan directo al corazón.
En este momento del show pasó algo peculiar y que muy pocas veces vemos en bandas de cualquier género. Vino un intermedio musicalizado por «Ziara» una canción instrumental del disco muy atmosférica con tintes que pueden tocar al post rock y ambient. Esta interrupción a la adrenalina sirvió para que la banda pasar al blanco de su outfit a uno totalmente negro que contrastaba con el color negro en la vestimenta de Alan.
Al regresar a escenario, Yoshi agradeció a todos los que estábamos ahí y comentó sobre lo especial de la canción que seguía, una colaboración con una gran influencia para la banda. Comenzó «Syv» y pudimos ver a Brad Tuttle, vocalista de Seven en la pantalla sincronizado con la canción y cantándola mientras la banda la tocaba, un momento muy emocionante del show y sin duda muy emocionante para la carrera de la banda.
«Solum» fue el detonante perfecto para poner a todo mundo en el mood Djent una vez más, siguiendo con «Gaman» y dando pie a la hora de los invitados.
Tavo, vocalista de Nimfalic fue el primero de la noche en subir junto a Alan para cantar «Vrees» mientras Rob, bajista de la banda caminaba de un lado al otro del escenario con una sonrisa contagiosa mientras la gente saltaba de un lado a otro.
A continuación Andrei de Lack Of Remorse subió una vez más pero ahora para cantar junto a Kaizan, «Modne» la colaboración que hace en su nuevo disco. Con la energía de Andrei y Alan juntos el Caradura ya era una masa de gente moviéndose de un lado a otro en la que nadie estaba aparte: músicos, fans, fotógrafos, staff, meseros y cualquier ser vivo dentro del lugar era parte de este viaje llamado «Hansei».
Para finalizar y mientras Roberto y Alan abrazaban a la gente que estaba hasta el frente del escenario, Yoshi presentaba las canciones con las que se dieron a conocer y con las que agradecían a todos por haber ido indicándoles que era su última oportunidad para saltar, gritar y sentirse libres: «Verrat» y «Bellum», gran final para una gran noche.
Gracias a Kaizan por hacernos sentir uno solo con ellos, gracias a Lack Of Remorse por dejarnos claro que las bandas no dependen más que de ellas para gritarle al mundo lo que sienten y gracias a Snite por crear la chispa para que esto exista.
Fue una gran noche, fue un gran día para la música en México, es una gran época para el metal mexicano.
