Fotos: Roberto Flores/Antonio Morales
Después de una larga espera, se llevó a cabo una nueva edición del Corona Hell & Heaven 2018. Con un cartel de lujo con el que se confirmó que México es un país amante del heavy metal al igual que toda latinoamérica, pues esta edición estuvo lleno de metaleros de países como Brasil, Colombia, Chile, Honduras entre muchos otros.
El Corona Hell & Heaven 2018 se confirmó como uno de los festivales de metal más importantes del continente gracias a headliners como Judas Priest, Ozzy o Megadeth pero también por dar apertura a bandas emergentes, talento nacional y agrupaciones actuales aclamadas en todo el mundo.
El día sábado del Corona Hell & Heaven 2018 fue el más esperado pues desde una semana antes alcanzó el sold out y pudimos verlo desde la 1 de la tarde que las masas de gente empezaron a invadir el Autódromo. Para las 4 de la tarde no cabía una alma más.
Todo inició con Tulkas abriendo el True Metal Stage aunque por la cantidad de gente que había la entrada se volvió complicada y solo se pudo ver poco más de la mitad de su show en el que están estrenando canciones y como siempre manteniendo un poder brutal.
Más tarde llegó el momento de abrir los escenarios principales con Tanus, que ya hemos visto muchas veces en festivales masivos y cada vez adquieren más madurez. En esta ocasión con nuevo vocalista, nueva canción y el mismo flow metalero de siempre que pone a bailar hasta al más trve de trves.
Lack Of Remorse: todos somos familia
Lack of Remorse fue una de las bandas que más esperábamos ver por la energía que contagian en cada show y que en esta nueva etapa de cuarteto ya con la experiencia de un festival masivo como el KnotFest 2017 nos tenía a la expectativa. Lack of Remorse lo hizo una vez más, desde las 2 de la tarde sacó gotas de sudor a todos los que los vimos, nos unimos en una sola familia junto a ellos y compartimos su felicidad y momentos épicos como subir a un fan y colega al escenario (Simón de May Sunday) que se encontraba entre el público para cantar «Redemption» una canción de los inicios de la banda.
El combo de bandas nacionales se desarrollaba al mismo tiempo en Heaven Stage con S7N demostrando que se ha vuelto una de las bandas más importantes de metal latinoamericano de la actualidad. La gente se entregó en su totalidad a la banda y Mao Canto y compañía supieron retribuirles con un show inolvidable en el que este gran vocalista se mezcló con el público para cantar sus éxitos.
Este fatality de bandas mexicanas siguió imparable con Strike Master, una institución de metal que los trves aman y mencionan aunque no les pregunten logró convocar a todos los metaleros de chamarra de cuero y parches en sus chalecos de mezclilla que les cose su mamá (me incluyo) para que sin importar el tremendo sol, nos pusiéramos a correr en círculos y pegarnos «de cuates» en el slam.
Para acabar el bloque nacional, nada más y nada menos que nuestro queridos y amados rucos rancios con olor a meados de Los Viejos que ya cuentan con varios festivales nacionales e internacionales en su currículum. En verdad a un servidor no le ha tocado un solo show de Los Viejos (unos 20 mínimo) en el que no se arme un gran desmadre que contagia a todos. En esta ocasión la conexión fue espectacular y gracias a una bandera de «moshpit zone» que cargaba un fan, se logró crear uno de los moshpits más grandes de todo el festival y un «wall of death» digno de cualquier headliner metalero.
Ya en el plano internacional, pudimos disfrutar del poder y belleza de un trío brasileño que se ha ganado al público mexicano desde las giras que han dado con anterioridad. Nervosa es un trío de thrash metal de ese país, que además de las glorias futboleros, ha dado glorias metaleras como Angra y Sepultura. Su show estuvo lleno de potencia y gran técnica de estas guapas mujeres.
Del otro lado del Autódromo, Saxon hacía rugir las bocinas con su metal de la vieja escuela que nos hizo recordar los años dorados del NWOBHM.
Ya entrados en plena tarde y con algunas gotas amenazando con empaparnos como la tormenta del día anterior dio inicio Tankard, una de las bandas más esperadas por los más rudos que compraron su boleto (según ellos) solo por esta banda que por cierto no los decepcionó.
Momento emo de la tarde
Ohio is for lovers.
Oh là là GOJIRA
Llegó un punto del festival en el que todas las masas de los demás escenario acudieron a una cita en el Hell Stage, ya que estaba a punto de tocar Gojira. Ya fuera por curiosidad, por recomendación, por que eran fans (vimos mucha gente con la playera de la banda) o porque no tenían nada mejor que hacer, Gojira fue la primer banda del día en llenar su escenario correspondiente y a cambio remuneraron a la gente con uno de los mejores shows de metal que hemos visto en mucho tiempo en México.
Su técnica, sonido, canciones, actitud, energía y show fueron inolvidables en cada segundo. En verdad que esperamos que Gojira crezca aún más, ya que aunque se encuentran participando en los mejores festivales del mundo aún no son headliners y por lo que vimos ese día, merecen más. Gojira es una banda infravalorada pero sin duda llegarán a más.
Si vamos Gojira nos parece una banda que aún no se le da el valor que merece, con Marilyn Manson pasó lo opuesto, pues demostró ser un artista titánicamente sobrevalorado, ya que desde el Knotfest 2016 se le pudo ver cansado, sin ganas.
Esta ocasión fue peor ya que se tradujo a su sonido tremendamente débil, sumado a su apatía y flojera, en verdad una decepción.
Siguiendo con los opuestos, Megadeth hizo lo contrario a Manson y dio uno de los mejores shows que han ofrecido en sus tantas visitas a México. La incorporación del gran Kiko Loureiro en la guitarra y Dirk Verbeuren la batería le dieron un gran levantón a la banda que incluso ganó el primer Grammy en su historia con su disco Dystopia. Un show lleno de éxitos, canciones nuevas e himnos del metal como Hangar 18.
Mientras todo esto pasaba en los demás escenarios veíamos el espectáculo de sangre y destrucciçón de Gwar despedazando a un títere de Trump y posteriormente a Tenacious D que reunió a muchísima gente que buscaba un rato de entretenimiento puro lleno de metal, folk, risas y buena onda.
Judas Priest y Ozzy, los meros meros del metal
Mientras Epica deleitaba a los murciélagos nórdicos amantes del power metal sinfónico y una presencia extraordinaria liderada por la hermosa Simone Simons, Judas Priest daba inicio a uno de los finales más legendarios de entre los festivales de rock que existen en la actualidad en todo el mundo.
Con una voz que marcó a toda una generación y sirvió de influencia para el metal de los 80, Rob Halford se hizo cargo de llevarnos a todos por un verdadero viaje en montaña rusa por la época del metal llena de estoperoles y cuero.
Para finalizar, el príncipe de las tinieblas dio su último show de México rodeado de frenéticos fans y una alineación de músicos de ensueño que recopiló toda su discografía desde Black Sabbath hasta su época solista llenando de nostalgía a todos los que acudieron de todos los demás escenarios a esta ceremonia de tinieblas, locura y oscuridad.
Sin duda este ha sido el mejor Hell & Heaven que hemos tenido y esperemos que cada vez sea mejor ya que es un festival que le compite a cualquier otro evento de este tipo a nivel mundial.
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