Eran las 8:30 p.m. de una lluviosa tarde de jueves y muchos de los asistentes ya estaban dentro del José Cuervo Salón, listos para una noche de rock. Algunos de ellos habían llegado temprano para presenciar el acto de Kadavar, agrupación invitada que terminaría conquistando a propios y extraños por igual. Desde Berlín, Alemania, el trío era imponente.
Durante 45 minutos, Kadavar supo ganarse a la audiencia con la alineación básica del rock: guitarra/voz-bajo-batería. No se necesitó más. A pesar de la larga duración de las canciones, el público respondió de manera efusiva ante sus pesados riffs principales, batería bestial, cambios de ritmo constantes, solos clásicos y melenas largas. Hasta parecía que ellos eran el acto estelar de la noche y mientras dejaban el escenario entre la ovación de los asistentes, algo era seguro: Wolfmother tenía que dar un show increíble o se vería opacado por su banda invitada.
Para la buena suerte de todos, desde el momento en que un emocionado Andrew Stockdale salió al escenario, el público estaba enloquecido. Con «Dimension», el trío abrió con fuerza, misma que se conservaría durante «New Moon Rising» y «Woman». Las versiones eran más largas que las de estudio, pero el público las disfrutaba y cantaba con fuerza. Adentro también llovía, entre la cerveza y el sudor el recinto era un caos.
Los saltos y headbanging siguieron durante «I Ain’t Got No», «White Unicorn» y «How Many Times» pero cuando comenzó «Apple Tree» la euforia alcanzó el límite, al grado en que se abrieron algunos mosh pits. «Mind’s Eye» fue un respiro después de tanto ajetreo ya que Wolfmother continuó con «Feelings», durante la cual Andrew se acercó al público. Siguió otra canción de Cosmic Egg, álbum del cual escucharíamos muy poco comparado con sus otras dos producciones. «California Queen» fue la elegida.
Después vendrían dos cortes pertenecientes a New Crown, su último disco, el cual ha sido criticado por la producción independiente de Andrew, detalle que en vivo no importó debido a que tanto la canción que da título al material como «Heavy Weight» sonaban bien en directo y la audiencia respondía a pesar de no estar tan familiarizada con estos nuevos temas.
Los aplausos al compás de «Vagabond» resonaron en todo el lugar y con «Tall Ships» era obvio porqué entre los asistentes se veían varias camisetas de Led Zeppelin. Se acercaba el final con «Love Train» y después de «Colosal» la banda abandonaría momentáneamente el escenario, después de casi dos horas de concierto.
Wolfmother regresó y un agradecido Andrew aprovechó para decir que había sido la mejor audiencia, mérito que los asistentes se ganaron a pulso al no dejar de ovacionar a los australianos. «Joker and the Thief» fue el gran cierre, una de las más coreadas de la noche, la lluvia de alcohol no se hizo esperar y se abrieron más mosh pits. Entre gritos, aplausos y maloiks, Wolfmother se despidió de un entregado público en la ciudad de México. Afuera seguía lloviendo.